Este recorrido está también dirigido para quienes no quieren entrar en museos y prefieren hacer un paseo a pie pasando por los exteriores de la ciudad sin entrar en mucho detalle histórico o artístico. Es perfecto para ser realizado al terminar la tarde o incluso por la noche.
Está claro que al paso por los principales lugares se hará mención a ellos; pero se trata de dar un paseo apoyándonos menos en la historia y más en las tradiciones, leyendas o curiosidades.
En este paseo se van a atravesar callejuelas y plazas de la ciudad, pequeños rincones menos conocidos que los habituales puntos de interés de la ciudad. Saliéndonos de los itinerarios artísticos, nos adentramos en una sección repleta de casas palaciegas y señoriales, así como numerosos conventos. Algunos de ellos hoy en día están cerrados o cumplen otra función, pero todavía podemos pasar por plazas y calles que acojen comunidades religiosas en el interior de sus muros. En esta zona se conserva la mayor parte de los escasos cobertizos que todavía hay en la ciudad.
Muchas leyendas y tradiciones son el resultado de las creencias y las vivencias de la gente de esta ciudad, siendo algunas de ellas registradas en nuestra literatura por poetas como Becquer, a quien inevitablemente se hará referencia durante la visita.